viernes, 27 de enero de 2012

Pink Floyd - The Dark Side of the Moon (1973)





El octavo álbum de estudio de la formación británica supuso su lanzamiento definitivo hacia el gran público después de una serie de discos con fuerte presencia experimental y con los que poder investigar y definir un sonido propio y original con respecto al del resto de bandas coetáneas. Desde su lanzamiento, la obra ha vendido cuarenta y cinco millones de copias alrededor del mundo, convirtiéndose en el tercer álbum más vendido de la historia (solamente superado por Thriller de Michael Jackson y Back in Black de AC/DC). La publicación de esta obra marcaría también el inicio por crear discos conceptuales (discos que giran en torno a una historia o un tema en concreto), en este caso para describirnos distintas situaciones que afectan al ser humano como la muerte, la vejez o la avaricia. Lo cierto es que la banda formada por Roger Waters (bajo y voz), David Gilmour (guitarra y voz), Richard Wright (teclados y voz) y Nick Mason (batería) consiguió poner a su octava obra discográfica en boca de todos los amantes, no sólo del rock sino de la música en general. El resto forma parte, con letras mayúsculas, de la historia del rock.
En cuanto al sonido de este álbum, se puede apreciar un cambio notorio con respecto a sus anteriores trabajos. Con su álbum debut (The Piper at the Gates of Dawn) comenzarían a ganarse una creciente fama en el Reino Unido, gracias a un sonido original y muy influenciado por la escena psicodélica de finales de los años 60. Tras la marcha de Syd Barrett (líder y uno de los fundadores del grupo), debida al excesivo consumo de sustancias estupefacientes, la banda reclutó al guitarrista David Gilmour y con él comenzaron a crear una serie de álbumes experimentales con los que poder investigar y evolucionar en su original propuesta musical. Así conseguirían sacar estupendos trabajos como A Saucerful of Secrets, Atom Heart Mother o Meddle. No obstante, el sonido en The Dark Side of the Moon se vuelve algo más accesible (que no comercial aunque las ventas digan lo contrario) para el oyente, con respecto a los anteriores trabajos de la banda, y cuenta con una producción mucho más cuidada.


Lista de temas


Speak to Me (10) Se trata de una introducción, de poco más de un minuto de duración, iniciada con unos latidos de corazón que van creciendo en intensidad a la vez que se van sucediendo una serie de efectos sonoros y voces de fondo que van creando expectación en el oyente. El caótico final sirve de enlace directo con el siguiente tema aunque en la versión original del álbum ambas piezas formaban una única pista. 

Breathe (10) Tras la confusa introducción se da paso a un excelente pieza. Desde el comienzo el tema ya nos avisa de que se va a tratar de una pieza suave y llena de belleza, destacando la guitarra de Gilmour, el órgano de Wright y la emotiva melodía vocal. Tanto éste como el anterior forman un conjunto que trata sobre los elementos insignificantes de la vida, siempre con la presente amenaza de la locura. Sublime forma de comenzar.

On the Run (7) Desde luego el punto negativo que le encuentro al disco es este tema instrumental. Se trata de una pista compuesta por sintetizadores y efectos sonoros que roza el aburrimiento debido a la continua monotonía de los mismos. Claramente se trata de un tema de relleno que no pinta demasiado en el álbum, salvo por utilizar sonidos innovadores para la época.

Time (10) Una explosión de relojes junto con unos estupendos redobles del batería Mason, acompañados por la guitarra de Gilmour, sirven de introducción a una canción que habla sobre el paso inexorable del tiempo y que nos invita a disfrutar de la vida. El tema es simplemente magistral, con un Gilmour, vocal e instrumentalmente hablando, soberbio (sin desmerecer tampoco la labor vocal de Wright). Como cierre encontramos un reprise del segundo tema (Breathe). Sobran las palabras.

The Great Gig in the Sky (10) Magistral composición en la cual destaca, por encima de todo, la extraordinaria voz de la cantante británica Clare Torry (mujer de raza blanca aunque su registro vocal parezca el de una mujer negra). Con este tema se pretendía representar la agonía y la muerte, demostrando que la voz humana puede realizar maravillas sonoras sin necesidad de pronunciar una sola palabra.

Money (10) Llegamos al ecuador de esta obra con una de las más famosas canciones de la banda. Fue uno de los singles elegidos para promocionar el álbum y se inicia con el sonido de una caja registradora y una exquisita línea de bajo a cargo de Waters. Destacada colaboración del saxofonista Dick Perry y nuevamente excelente interpretación vocal e instrumental (sobre todo el solo de guitarra en la segunda mitad del tema) de Gilmour. Un tema pegadizo que trata sobre la avaricia del ser humano y de los efectos del consumismo. Todo un clásico del rock.

Us and Them (10) Con una delicada introducción de órgano la banda nos transporta a un laberinto de emociones cuya letra habla del etnocentrismo y del conflicto para describir las dificultades de algunas personas para relacionarse con otras. Pasajes instrumentales muy delicadas, con acercamiento incluido al jazz (solos de piano y saxofón) y con coros que suenan con fuerza en el estribillo (junto a la desgarradora voz de Gilmour) y que provocan un éxtasis en el oyente. Deliciosa pieza.

Any Colour You Like (8,5) Corte instrumental claramente experimental. Fantástico uso de los sintetizadores de Wright y de la guitarra de Gilmour en un tema que habla sobre la falsa sensación de libertad en la que muchas veces nos encontramos. Sus psicodélicas melodías ofrecen cierta sensación de seguridad y de optimismo, liberando las tensiones producidas por su predecesor.

Brain Damage (9,5) En esta ocasión nos encontramos con el primer tema del disco en el que Waters interviene como cantante. Es un homenaje a Syd Barrett (antiguo miembro fundador de la banda que tuvo que abandonarla por su adicción a las drogas) y una clara referencia a su locura. El estribillo brilla con fuerza y su inquietante final nos prepara para la despedida del álbum.

Eclipse (9) Nuevamente Waters se atreve con las voces en este tema que sirve de epílogo al disco y en el que todas las emociones se ponen de manifiesto de manera apoteósica y vibrante. Los latidos de corazón que sonaban al comenzar el disco vuelven a sonar para finalizar uno de los grandes discos de rock de todos los tiempos.


CALIFICACIÓN: 9,5

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