viernes, 18 de mayo de 2012

Storm Corrosion - Storm Corrosion (2012)





La relación entre Mikael Åkerfeldt (Opeth) y Steven Wilson (Porcupine Tree) lleva gestándose desde que este último produjese el  quinto álbum de los suecos, Blackwater Park, allá por el año 2001. Desde entonces, la relación ha ido acrecentándose y Wilson ha intervenido en casi todas las producciones de Opeth hasta la fecha. Siempre se llegó a pensar que algún día unirían sus fuerzas para componer temas destinados a un proyecto común. Se rumoreaba también que el ex batería de Dream Theater, Mike Portnoy, formaría parte de esa supuesta colaboración pero finalmente no ha sido así. Quedando los dos músicos como únicos integrantes del proyecto musical, comenzaron a reunirse para escuchar música, beber vino y hablar largo y tendido sobre la posibilidad de crear algo original o, al menos, alejado del estereotipo sonoro que definía a cada uno de ellos en sus respectivas bandas. Estas primeras reuniones sucederían a principios del año 2010, para un año más tarde estar inmersos en la grabación de los temas que conformarían el debut del proyecto.
El resultado final ha sido definido por los propios artistas como la tercera parte de la trilogía iniciada por el último álbum de Opeth, Heritage, y continuada por el segundo álbum en solitario de Wilson, Grace for Drowning. Habiendo escuchado estos dos últimos discos, uno se dispone a hacer lo mismo con el de este proyecto y, aunque se noten ciertas influencias de los anteriores, no deja de desprender algo bastante diferente a lo realizado hasta ahora por Åkerfeldt y Wilson. Si hubiese que definir este disco y, sobre todo, encasillarlo en un género determinado, la tarea sería ardua. El álbum contiene elementos de rock progresivo (aunque el rock no sea aquí el género, ni mucho menos, predominante), arreglos orquestales (gracias a la participación de instrumentos clásicos de cuerda y de viento-madera) y mucha presencia acústica. En definitiva: un álbum de difícil digestión para el oyente, con partes bellas y partes oscuras, pero lleno de gran calidad y originalidad.


Lista de temas


Drag Ropes (9,5) Primer tema en ser dado a conocer por la formación, acompañado del correspondiente videoclip (una buen ejemplo de cómo realizar un buen video, con poco presupuesto y que a la vez resulte original). El comienzo de este primer acto se muestra misterioso, con una sección de cuerda aumentando en intensidad y abriendo camino a la pronta aparición de Åkerfeldt a la voz. Los primeros minutos continúan esa línea misteriosa y ambiental, que propone la canción desde su inicio, con pequeños toques de piano, teclados y mellotron. Hacia el segundo minuto, se une la flauta como representante de la sección de viento y los acordes de guitarra comienzan a hacer acto de presencia y a crear un ambiente algo más luminoso. Wilson no tarda en aparecer para acompañar a Åkerfeldt a las voces. Durante unos pocos minutos el tema va desarrollando una genial sección instrumental, gracias al aporte de la guitarra, la percusión (básicamente realizada mediante platillos) a cargo de Gavin Harrison (batería de Porcupine Tree), los teclados y la flauta. A partir del minuto cinco, el tema entra en una fase mucho más intensa todavía. El juego de voces entre los dos músicos, junto con el sonido del mellotron y las guitarras, consigue crear un ambiente diabólico y extraño. Un poco más adelante, podremos encontrar un corto pero placentero solo de guitarra a cargo de Åkerfeldt. Seguidamente la canción se torna bella y delicada con otra sección instrumental, esta vez a cargo de la sección de cuerda y el piano de Wilson. Los dos últimos minutos retoman el comienzo del tema y lo llevan hacia un emotivo final. Fantástica manera de abrir este álbum.

Storm Corrosion (8) Una tormenta inicia el segundo acto de este primer disco, la flauta vuelve a presentarse y acompaña, junto con los suaves acordes acústicos, la dulce voz de Wilson. El líder de Porcupine Tree realiza, particularmente, un gran trabajo a las voces en esta canción. Tímidas notas de guitarra eléctrica y la sección de cuerda también se dejan notar durante estos primeros y delicados minutos. A partir del minuto cinco, el tema se vuelve místico y aumenta su intensidad gracias al acompañamiento del piano y de la percusión. Tras ello, se entra en una fase totalmente experimental, en la cual la guitarra parece retorcerse de dolor y la sección de cuerda ayudar a crear un ambiente de locura. Para finalizar vuelven suaves acordes acústicos (recordando al tema Hessian Peel de Opeth en su parte intermedia), junto con pinceladas de piano y flauta, a devolver el ambiente del principio.

Hag (7) Sonidos electrónicos muy pausados, una introvertida guitarra eléctrica, un introvertido piano y una línea vocal lenta y precisa de Wilson. De esta manera abre el tercer acto, desarrollándose también de manera muy pausada y mística. Nuevamente el melotrón hace acto de presencia, el bajo va marcando lentamente el ritmo y unos suaves punteos de guitarra contribuyen a crear ese ambiente sosegado. Un tema muy influenciado, sobre todo, por el sonido de King Crimson. Tras pasar el cuarto minuto de duración, se produce una explosión en forma de sintetizador y de forma imprevista aparece un camuflado solo de batería seguido de potentes riffs de guitarra, también camuflados por supuesto. El final no tiene misterio ya que vuelve a ser la estrofa del comienzo, aunque esta vez algo más marcado por el uso del charles de la batería.

Happy (7,5) Happy muestra la cara opuesta de lo que el título viene a indicar. El sonido se vuelve bastante melancólico y oscuro, con presencia prácticamente protagonista de las guitarras acústicas. A partir de los dos minutos de duración, el tema parece acabar con lejanos sonidos electrónicos que van desapareciendo poco a poco en la distancia. De nuevo vuelven a aparecer las guitarras acústicas, desarrollando el mismo esquema anterior pero con algo más de luminosidad, gracias a la melódica voz de Wilson y al corto pero intenso solo de guitarra de Åkerfeldt. Los pequeños sonidos electrónicos del intermedio y los de un avión cayendo en picado sirven para finalizar este cuarto acto.

Lock Howl (8) Tema instrumental que bien podría haber firmado Åkerfeldt para un tema de Opeth. Intenso de principio a fin, con guitarras acústicas bien marcadas y potentes que van creando una bonita e intensa fase junto con los violines y las violas. De repente el tema pega un parón y unos suaves toques de triángulo dan paso a una sección con claras influencias árabes, gracias al uso del melotrón (recordando instantáneamente, para los seguidores de Opeth, a la parte final del tema Closure). Tras ello, llega un momento de suspense ejecutado por los violines y violas. Para el final, además de los instrumentos de cuerda mencionados anteriormente, las guitarras acústicas vuelven a la carga para la parte final, junto con pinceladas de xilófono y piano. Un penúltimo acto sencillamente magnífico.

Ljudet Innan (9) La trilogía llega a su fin. Dos palabras suecas conforman el título de este último y placentero acto, cuyo significado se puede definir como 'el sonido de antes'. Ludjet Innan comienza con una preciosa y muy melódica primera parte cantada por Åkerfeldt. Suaves notas de teclados sirven de acompañamiento para describir un primer minuto lleno de conmovedora belleza. Al tiempo que acaba esta parte vocal empieza a surgir el sonido del mellotron, aumentando poco a poco y evolucionando de forma cálida. Seguro que tanto Åkerfeldt como Wilson, grandes seguidores de Pink Floyd, se inspiraron en la sección intermedia del tema Echoes para crear éste. Desde luego, guarda bastantes similitudes. Seguidamente surge una nueva parte, mucho más intimista, con una batería muy jazzística y unas ligeras notas de guitarra eléctrica. Wilson se encarga de las voces durante esta segunda mitad, de manera pacífica y sosegada. Un precioso solo de guitarra pone punto y final al disco. La batería, el mellotron y la voz de Wilson ponen el resto. Hermosa y sofisticada pieza.


CALIFICACIÓN: 8

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