Vuelven a escena los californianos tras apenas dos años desde la publicación de su último larga duración (A Thousand Suns). Los últimos años de la banda han sido una constante en la búsqueda de un sonido bastante alejado del nu metal que desarrollaron en sus primeros dos discos (Hybrid Theory y Meteora). Y es que Linkin Park comenzó siendo una banda referente en aquel movimiento musical de principios de la última década, un movimiento que combinaba influencias del metal, del rap y de la electrónica y ofreciendo temas simples, melódicos y potentes pero perfectos para las radiofórmulas de entonces. Tras la publicación del segundo álbum (Meteora), la banda se embarcó en una extensísima gira de conciertos y en un periodo de descanso posterior hasta que volvieron al estudio cuatro años después para publicar Minutes to Midnight, un tercer álbum en el que la banda comenzaba a distanciarse del sonido metalero de sus inicios para empezar a desarrollar un sonido mucho más cercano al pop y al rock alternativo con tintes electrónicos. Fueron muchos los seguidores que acusaron al grupo de haberse vendido, lo cierto es que ya desde sus inicios la formación era una banda hecha para el gran público (su primer álbum es todavía el debut más vendido de la pasada década con cerca de 30.000.000 de copias vendidas a nivel mundial) y el sonido nu metal estaba ya en decadencia. Con su cuarto disco de estudio (A Thousand Suns) la banda fue mucho más allá: el rock alternativo apenas existía y tomaron la decisión de realizar un álbum conceptual con la electrónica como género predominante en su sonido. A Thousand Suns suponía una ruptura total con su pasado y una búsqueda acelerada en un nuevo sonido. El resultado fue un disco disperso y en el que no se sentía apenas unidad entre sus temas, lleno de prescindibles y cortos intermedios entre algunos temas y un intento por querer abarcar varios estilos (aunque el predominante era el electrónico) pero sin un resultado del todo aceptable.
Tras esa experiencia que supuso crear A Thousand Suns, la banda ha decidido volver a sus orígenes. No obstante no han vuelto al sonido metalero de sus inicios, ni mucho menos. Han decidido plasmar toda su carrera en un disco mucho más sencillo y directo. La primera parte podría considerarse, en esencia que no en sonido, como una vuelta a la forma de hacer canciones de sus primeros dos discos. La segunda se remite a la experimentación y al uso del sonido más reciente de la formación. El álbum ofrece una mejor visión de Linkin Park en su primera parte: temas directos, unos más potentes que otros (aunque el calificativo de potente viene más agenciado a la electrónica que al rock), pero manteniendo más o menos la esencia de los californianos (la esencia, que no el sonido de antaño). En opinión de un humilde servidor, me gusta menos este sonido que realiza hoy en día la banda. No lo llego a considerar de mala calidad (salvo algún que otro tema de sus últimos años) pero está claro que han querido realizar una "evolución" demasiado acelerada, queriendo probar con varios estilos y no llegando a desarrollar todo su talento. Living Things, por tanto, es un álbum mejor desarrollado que A Thousand Suns e incluso que Minutes to Midnight, pero no termina de cuajar del todo y ofrece una primera parte bastante potable y una segunda en la que el nivel baja bastante. La banda ha ido de más a menos, en cuanto a calidad compositiva, y parece que ha recuperado algo de crédito con esta última entrega, pero lo cierto que es que pienso que podrían ofrecer algo más que lo que vienen ofreciendo en sus últimos tres discos. Veremos a ver lo que les sigue deparando el futuro.
Lista de temas
Lista de temas
Lost in the Echo (9) Excelente tema para comenzar el álbum. No tanto en el sonido pero sí en la estructura, la canción nos hace recordar bastante a muchas de las composiciones que realizaban en sus primeros años aunque con una mayor presencia electrónica que metalera. Shinoda rapeando en un nuevo estilo, algo alejado de lo que podíamos escuchar en Hybrid Theory y Meteora, y Bennington ejecutando un efectivo estribillo. Del resto de la banda hay que destacar principalmente a Hahn, proporcionando buenas bases electrónicas y demostrando su buen manejo a los platos. Tanto Brad como Phoenix, a la guitarra y el bajo, no tienen apenas presencia en sus respectivos instrumentos y Bourdon se encarga de la batería. Un tema que sigue la senda por la que parecen haberse decantado, tras A Thousand Suns, y que deja un gran gusto al oyente. ¿Será un espejismo o este comienzo nos deparará una obra maestra del S.XXI?
In My Remains (8,5) El metal ya no es un referente para Linkin Park, eso queda bastante claro, y ahora se decantan por realizar (en todo caso) temas que tiran más por el lado del pop/rock alternativo. In My Remains es uno de ellos. Nueva introducción electrónica y primera aparición destacada de la guitarra de Delson, siguiendo con un Bennington que va pasando por diferentes fases vocales, de más suaves a más fuertes (en el estribillo concretamente). Shinoda hace pequeñas y suaves apariciones vocales para contrastar las partes más contundentes de Bennington. Ha comenzado muy bien este disco, ¿seguirá siendo un espejismo o una realidad?
Burn It Down (7,5) Elegido como primer single, comienza de manera electrónica (nuevamente) y suave para llegar a un cambio de ritmo más contundente y marcado. Encontramos riffs de guitarra aunque totalmente sintetizados. Bennington destaca por encima del resto, realizando una soberbia actuación vocal que llega a su punto culminante en el estribillo. Las partes rapeadas de Shinoda no me terminan de convencer del todo en este tema, pareciendo añadidas con calzador. Un muy notable single.
Lies Greed Misery (7) Comienza con una base electrónica acompañada de líneas vocales rapeadas por Shinoda y contrastadas con partes intensas y violentas de Bennington. Poco antes de llegar al minuto dos de duración, el tema baja en intensidad y Bennington va creciendo con él hasta llegar a una explosión vocal impactante y recordando a sus mejores momentos del Hybrid Theory y Meteora. Tema con cierta dosis experimental y que sale bien parado, a pesar de su corta duración.
I'll Be Gone (8) El quinto corte es otro tema hecho a la medida de Bennington. Recuerda bastante, tanto en sonido como estructura, a algún tema de su proyecto paralelo a Linkin Park y más centrado en el rock alternativo (Dead By Sunrise). No llega a ser totalmente una balada pero sí un medio tiempo bastante potable y con una estupenda instrumentación. El estribillo es uno de los más destacables que he escuchado en la discografía de los de California. Muy buena.
Castle of Glass (7,5) Muy suave y lírico es este sexto tema y con el que se cierra esta muy notable primera parte. Shinoda y Bennington se van distribuyendo las estrofas hasta llegar al pegadizo y relajante estribillo que crece ligeramente en intensidad al llegar a su final (acompañado de manera bastante interesante por la guitarra de Delson). Será uno de los singles del álbum junto con Burn It Down (ya mencionado) y Lost in the Echo.
Victimized (6,5) La segunda parte comienza con un bajón en la calidad de los temas. Victimized era nombrada por el grupo como el tema más duro que habían compuesto en bastante tiempo. Yo, desde luego, esperaba algo bastante más duro y a lo largo de toda la canción. La pesada base de batería y la guitarra sintetizada sirven de introducción para adentrarnos en un pasaje más suave, cantado por Shinoda, y que nos prepara para el momento realmente duro del tema: el estribillo de Bennington, gritado con tremenda potencia. Tras el primer estribillo, Shinoda se marca un rapeo que no viene mucho a cuento para después volver al estruendoso estribillo y acabar con un enorme grito marca de la casa de Bennington. No está mal pero no sorprende en conjunto.
Roads Untraveled (6) Tema suave, muy en la línea de Castle of Glass aunque con una intensidad algo más delicada. Nuevamente Shinoda y Bennington se reparten el juego de voces, pasando por diferentes fases aunque con la máxima de ofrecer un tema relajante y con un momento final más intenso, gracias al buen uso de la guitarra de Delson.
Skin to Bone (6) Pop electrónico puro y duro, de intensidad baja y con efectos vocales para Shinoda y Bennington. Es de lo que menos me convencen del disco, se muestra simple aunque con algunos momentos más o menos efectivos pero sin destacar realmente en ninguno de ellos. Buen tema, sin más.
Until It Breaks (5) Experimentalidad que acaba saliendo como un churro. Una extraña mezcla de rap y bases electrónicas, a cargo de Shinoda por supuesto, con momentos más íntimos y dulces de Bennington junto a las notas de un piano para acabar en un coro cantado por Delson en medio de una atmósfera relajante. La mezcla no sale bien parada del todo.
Tinfoil (7) Instrumental prácticamente electrónico, acompañado de unas notas de piano y de un guitarra que va creciendo poco a poco. Sirve para introducir el siguiente tema, por lo que tampoco destaca demasiado aunque supone un pequeño y relajante descanso para lo que viene justo después.
Powerless (8,5) El final dejado por Tinfoil se enlaza con las suaves notas de un piano para entrar en una de las baladas más bonitas que hayan realizado nunca. Quizás se hace algo pesada por repetir en exceso tanto la estrofa anterior al estribillo como éste. Muy melódica a lo largo de su desarrollo y con un estribillo muy simple pero magnífico, acentuado por la intensidad que desprende el resto de la banda (especialmente la guitarra). Estupendo final para el disco.
CALIFICACIÓN: 7
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