La banda originaria de Las Vegas regresa tras cuatro años de parón para ofrecernos su cuarta entrega discográfica. Entre medias (concretamente en el año 2010), su vocalista Brandon Flowers decidió tomarse un respiro y publicar Flamingo, su primer larga duración en solitario. El bajista Mark Stoermer también aprovechó para sacar su primer álbum en solitario, publicado en 2011. La carrera de The Killers ha ido en constante ascenso desde que publicasen en 2004 su primer disco (Hot Fuss) y saboreasen las mieles del priemr éxito gracias a singles como Mr. Brightside, Somebody Told Me o All These Things That I've Done. Su sonido también ha ido sufriendo una transformación, pasando por el rock alternativo, el post punk revival y el indie de sus primeros dos discos (Hot Fuss y Sam's Town) hasta llegar a desarrollar un pop electrónico desde su tercer trabajo (Day & Age). Sería con este último cuando se produciría su confirmación definitiva y el éxito a nivel mundial, habiendo tenido un importante éxito en años anteriores tanto en su país natal como en el Reino Unido.
Battle Born supone una continuación lógica y natural desde la publicación de Day & Age. Aunque retoman elementos de sus primeros años, lo cierto es que este cuarto trabajo sigue una línea más cercana a su predecesor, siendo el pop electrónico con raíces ochenteras la tónica que predomina en casi toda la duración del disco. El nombre de este nuevo trabajo proviene de los estudios de grabación que posee la banda en Las Vegas y que tienen el mismo nombre que el título del susodicho álbum. La grabación resultó ser tensa, tras un largo parón. Los componentes comenzaron a acudir al estudio a finales del año pasado y no sabían muy bien si estaban yendo por el camino correcto. Según Flowers, la composición de los temas Runaways y Miss Atomic Bomb supusieron un punto de inflexión para formar la columna vertebral del nuevo disco y despejar las posibles dudas que puediesen quedar sobre el rumbo de la banda. También hay que comentar que este álbum tiene hasta cinco productores diferentes, algo no previsto por la banda pero que resultó ser realidad debido a las complicaciones con el calendario.
Battle Born supone una continuación lógica y natural desde la publicación de Day & Age. Aunque retoman elementos de sus primeros años, lo cierto es que este cuarto trabajo sigue una línea más cercana a su predecesor, siendo el pop electrónico con raíces ochenteras la tónica que predomina en casi toda la duración del disco. El nombre de este nuevo trabajo proviene de los estudios de grabación que posee la banda en Las Vegas y que tienen el mismo nombre que el título del susodicho álbum. La grabación resultó ser tensa, tras un largo parón. Los componentes comenzaron a acudir al estudio a finales del año pasado y no sabían muy bien si estaban yendo por el camino correcto. Según Flowers, la composición de los temas Runaways y Miss Atomic Bomb supusieron un punto de inflexión para formar la columna vertebral del nuevo disco y despejar las posibles dudas que puediesen quedar sobre el rumbo de la banda. También hay que comentar que este álbum tiene hasta cinco productores diferentes, algo no previsto por la banda pero que resultó ser realidad debido a las complicaciones con el calendario.