viernes, 1 de marzo de 2013

Steven Wilson - The Raven That Refused to Sing (And Other Stories) (2013)





El afamado productor y líder de la banda Porcupine Tree vuelve a la carga con su tercer disco de estudio. No cabe duda de que Steven Wilson puede ser considerado como el mejor embajador actual del rock progresivo, un subgénero que tuvo su momento de mayor popularidad en la década de los setenta pero que sigue contando con un amplio número de seguidores por todo el mundo. Pocas bandas o artistas pueden presumir de llevar a la espalda una carrera de más de veinte años y seguir siendo considerado como todo un referente dentro de un subgénero lleno de tanta calidad como es el progresivo. Desde sus comienzos al frente de Porcupine Tree, pasando por proyectos paralelos como Blackfield o Storm Corrosion y terminando por su carrera en solitario, Wilson ha destacado por ser un músico de constante evolución, de no atarse a unas reglas estrictas y de acumular varias influencias sin centrarse exclusivamente en el sonido de bandas amadas por él como Pink Floyd, Genesis o King Crimson, independientemente de que sean sus principales influencias. 
Tras Insurgentes (2008) y el alabado Grace for Drowning (2011), Wilson nos ofrece un tercer trabajo en el cual se aprecia, más que nunca hasta ahora, un sonido muy clásico y muy cercano al rock progresivo y al jazz. De hecho contó para la ocasión con un buen número de músicos y de artistas invitados para grabar en directo los seis temas que conforman el álbum, sin necesidad de grabar cada instrumento por separado y luego juntar todas las pistas. Todos los músicos tocaron a la vez y en la misma sala de grabación durante una semana. Guthrie Govan a las guitarras, Adam Holzman a los teclados, Theo Travis a los instrumentos de viento, Nick Beggs al bajo y Marco Minnemann a la batería son los músicos reclutados para tal servicio. Todo ello aderezado con el saber hacer de Alan Parsons, el ingeniero de sonido que metió mano en aquel disco llamado The Dark Side of the Moon. Las letras tratan sobre historias de muertos, fantasmas e historias oscuras y sobrenaturales muy del gusto de Wilson, quien se declara amante de escritores como Edgar Allan Poe, M.R. James, Algernon Blackwood o Arthur Marchen.


Lista de temas


Luminol (10) Tema puramente progresivo, en el que tampoco faltan las claras influencias del jazz. Abre de una manera muy directa, con unas líneas de bajo y batería sobresalientes. El resto de instrumentos van incorporándose progresivamente a la fiesta, destacando los diferentes teclados (piano, órgano, mellotron...)  y el duelo entre flauta y guitarra eléctrica en los riffs. Se trata de un tema prácticamente instrumental, dejando las voces de Wilson para una primera estrofa inicial y para la parte intermedia. Una parte intermedia que nos adentra en un paisaje de relajación total, tras la estampida de la primera parte, y en donde las voces y las guitarras melódicas interpretan los papeles principales, acompañados de manera excepcional por las suaves notas de la flauta, el piano, el bajo y la batería. La parte final cuenta con un muy buen solo de guitarra y una vuelta a la estructura inicial. Doce minutos que, cuando se terminan, dan la sensación de haber sido escuchados solamente la mitad. Fabuloso comienzo.

Drive Home (10) Canción muy tranquila a lo largo de toda su estructura. Queda claro que Wilson tiene muy en cuenta el trabajo realizado en Porcupine Tree, porque el sonido que se aprecia en este tema bien podría pertenecer a casi cualquier tema del conjunto británico. La búsqueda de una atmósfera hipnótica y de unos arreglos mucho más trabajados es la finalidad principal de este tema. La instrumentación brilla de manera muy clara, con los instrumentos de viento y el piano pincelando hermosas melodías mientras las guitarras, tanto acústicas como eléctricas, elevan todavía más el sentimiento de tristeza y melancolía que desprende la canción. Si hay un momento especialmente destacable, ese es el del solo de guitarra. Un solo de guitarra totalmente improvisado y grabado en una sola toma por Govan. Preciosa pieza.

The Holy Drinker (9) La tercera pista tiene una estructura mucho más desordenada y desquiciante, no tan esquemática como en los anteriores cortes. De esta manera se puede apreciar que se trata de un tema mucho más inspirado en el jazz. El ambiente que desprende la canción en bastante oscuro e inquietante,  acentuándose tales sensaciones especialmente en el transcurso de los coros y en la intensidad del saxofón. Momentos instrumentales realmente brillantes por parte de toda la banda, con líneas de bajo y batería perfectamente entrelazadas y teclados espectaculares. Wilson sabe beber y asimilar el rock más progresivo y experimental de artistas como Peter Gabriel (Genesis) o Robert Fripp (King Crimson). Excelente, sin lugar a dudas.

The Pin Drop (8,5) El corte más corto y el más accesible, en el cual se nos presenta a un Wilson con voces más agudas a lo que nos tiene acostumbrados. Guarda muchas similitudes con Drive Home, aunque en una visión más accesible y corta como he mencionado antes. Nuevamente el trabajo de los músicos es impecable y tanto en el estribillo como en los solos de saxo y guitarra podemos encontrar momentos que ponen los pelos como escarpias. Muy disfrutable.

The Watchmaker (8) Guitarras acústicas preciosistas, que recuerdan especialmente a los primeros Genesis, dan inicio a este penúltimo tema. Personalmente me parece el menos bueno de los sis que conforman esta obra, y a pesar de ello es un notable tema. Nuevamente la alternancia de pasajes tranquilos con otros más intensos vuelve a estar presente. Guiños constantes a ese disco de Opeth llamado Damnation y que fue producido por el propio Wilson hace ya unos diez años. Estupendos momentos instrumentales (una vez más y ya van unas cuantas), especialmente a cargo de la flauta, el bajo (con un estupendo solo casi al final) y de los teclados (sobre todo del piano hacia la mitad del tema mientras Wilson canta con una voz celestial).

The Raven That Refused to Sing (9) Llegamos al final de esta sucesión de historias contadas por el señor Wilson. El título del disco resulta ser el desenlace perfecto para esta obra maestra, además de tratarse del primer single del álbum. Un tema muy ambiental y pacífico, que a modo de medio tiempo se inicia mediante unas líneas vocales muy tristes y un acompañamiento de piano que no produce menor sensación de tristeza. La historia desde luego bien merece semejante música: un anciano que perdió a su hermana mayor cuando era pequeña y que no ha podido superar su muerte desde entonces. El espíritu de la hermana resulta aparecer un buen día en forma de cuervo, al que pedirá el anciano que cante para comprobar que se trata de su querida hermana. En el vídeo que acompaña al single se puede apreciar mejor la historia. La canción irá creciendo en intensidad para cerrar de manera magistral y orquestal este tercer trabajo del músico y productor británico.


CALIFICACIÓN9


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