jueves, 17 de noviembre de 2011
lunes, 14 de noviembre de 2011
Opeth - Heritage (2011)
Cuando el alma mater de Opeth, Mikael Åkerfeldt, anunció que su próximo disco no contendría guturales ni elementos característicos del death metal, muchos pensaron en una vuelta de tuerca a su sonido y en una importante disminución de los decibelios. Su extraordinario álbum Damnation, publicado en el año 2003, parecía convertirse, hasta ahora, en la única excepción que confirmaba la regla: un disco de rock totalmente melódico, con toques acústicos y con un sonido muy ambiental y añejo. Es evidente que calificar a Opeth como una banda de death metal, aunque tenga claros elementos e influencias de este estilo, parece cuanto menos arriesgado. Siempre se han caracterizado por ser una formación con ganas de evolucionar, de no querer repetir el mismo disco continuamente pero con la clara idea de mantener su esencia.
En su décima observación (como a Åkerfeldt le gusta nombrar a sus discos de estudio) la banda va más allá de lo que presentó en Damnation. Nuevamente aparecen voces e instrumentación totalmente melódicas pero aquí se busca un sonido mucho más ligado a las raíces del rock progresivo más clásico y psicodélico fusionado con jazz y pequeñas pinceladas de otros sonidos nuevos para la banda (la portada ya da pistas de lo que nos podemos encontrar dentro). Åkerfeldt confesó haber cumplido su sueño de poder realizar un álbum como éste desde su juventud ya que había mamado de clásicos como Deep Purple, King Crimson o Camel. Por otra parte hay que destacar el sonido que se deprende a lo largo de todo el disco y que ha sido mezclado por el líder de Porcupine Tree, Steven Wilson, con el que Mikael mantiene una gran amistad. También hay que aplaudir el trabajo de todos los músicos participantes en esta obra, la cual ha sido grabada sin posteriores retoques y tal y como se realizaba décadas atrás. Sin duda un trabajo totalmente honesto y auténtico. A pesar de tratarse de un trabajo totalmente melódico, requiere de bastantes escuchas para poder llegar a asimilarlo en su totalidad ya que está lleno de detalles que lo convierten en un álbum francamente complejo. Quién sabe si Opeth volverán a retomar su sonido más extremo en el futuro o si seguirán explorando nuevos caminos a partir de este último trabajo. De lo que sí se podrá estar seguro es de que intentarán volver a realizar un álbum diferente a todo lo que hayan creado anteriormente. Si será mejor o peor, criticado o alabado, correrá a cargo del gusto del consumidor pero lo que está claro es que será otra muestra más de lo que estos suecos son capaces de llegar a hacer.
viernes, 11 de noviembre de 2011
miércoles, 9 de noviembre de 2011
Led Zeppelin - Led Zeppelin (1969)
El debut de Led Zeppelin supuso toda una revolución. Hasta entonces muchas de las bandas de rock apostaban por un sonido bastante tradicional en cuanto a las influencias de los clásicos del blues y el rock n' roll americanos. A finales de la década de los 60 comienzan a surgir nuevas formaciones que buscaban un distanciamiento con el sonido original de aquellos artistas. Bandas como Deep Purple, The Jimi Hendrix Experience, Black Sabbath o los propios Led Zeppelin tenían una fuerte influencia de aquellos sonidos añejos del blues de artistas como Willie Dixon, Muddy Waters, John Lee Hooker o Jimmy Reed junto con el rock n' roll americano, surgido en los años 50, de artistas como Buddy Holly, Chuck Berry, Bill Halley o el mismísimo Elvis Presley. La principal característica de aquellas bandas de finales de los 60 era buscar una amplificación más fuerte en aquellos sonidos blueseros y rockeros para sentar las bases de los que sería el futuro heavy metal (perfeccionado por bandas como Judas Priest, Iron Maiden o Motörhead a finales de la década de los 70 y principios de los 80) y del hard rock que predominaría, sobre todo, en la década de los 70.
El disco que hoy nos ocupa supuso uno de esos puntos de partida para la creación de diversos subgéneros que derivaron del rock más duro surgido desde entonces. Por otra parte, la composición del álbum no es que fuera demasiado original ya que muchos de los sonidos provenían directamente de todas aquellas influencias mencionadas anteriormente pero desde luego supuso toda una revolución por la intensidad y la rapidez (en muchos casos) con las que se tocaban esos temas. Por tanto se puede hablar de una clara evolución del sonido blues y rock desconocida hasta entonces y que consiguió atraer a toda una generación de jóvenes dispuestos a que el mundo escuchase sus ansias de libertad, de paz y de amor como respuesta a las guerras y a las injusticias de una sociedad que avanzaba hacia profundos cambios sociales y culturales.
A modo de conclusión podría decir, incluso, que la formación de Led Zeppelin sería el prototipo perfecto de banda de hard rock: una formidable sección rítmica formada por el batería John Bonham y el bajista/teclista John Paul Jones, un guitarrista lleno de virtuosismo y calidad como Jimmy Page y un vocalista de blues capaz de llegar a cantar altos registros y además tener un gran carisma. Desde luego el mundo del rock le debe mucho a estos genios.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)