viernes, 23 de noviembre de 2012

Soundgarden - King Animal (2012)

 
 


Las reuniones de bandas, tras varios años sin pisar los escenarios o grabar un nuevo álbum, siempre han estado a la orden del día en el mundo del rock. Hace dos años se produjo la última de mayor impacto a nivel mundial (posiblemente junto con la vuelta de System of a Down para una serie de conciertos este mismo año): el retorno de una de las formaciones más aclamadas del grunge: Soundgarden. El grupo se había formado en el año 1984 y en 1988 ya habían publicado su primer disco de estudio (Ultramega OK), comenzando una carrera que sería bastante productiva durante la primera mitad de la década de los noventa. En 1991 publican Badmotorfinger, un disco éxitoso pero relegado a un segundo plano por Nevermind de Nirvana y Ten de Pearl Jam. Es con Superunknown (1994) cuando la banda consigue su mayor éxito a nivel mundial. Un disco oscuro en cuanto a sonido pero a la vez accesible para las masa popular de aquellos años. Finalmente la banda decide separarse por diferencias musicales en el año 1997, con su líder Chris Cornell juntándose junto a miembros de Rage Against the Machine para formar la agrupación Audioslave (cuyo álbum debut fue reseñado en este blog) y con el resto de miembros (el batería Matt Cameron, el guitarrista Kim Thayil y el bajista Ben Shepherd) realizando trabajos para otras bandas o artistas en solitario.
Tras trece años sin volver a pisar un escenario juntos, el grupo decide volver para un concierto de reunión en verano de 2010 en el popular festival americano de Lollapalooza. Esa vuelta no acaba con aquel concierto sino que durante el pasado año de 2011 la banda realiza una extensa gira veraniega (con parada incluída en nuestro país) y preparando material para un nuevo disco, tras más de dieciséis años sin hacerlo. Finalmente nos ha llegado el tan esperado (para unos cuantos) nuevo trabajo de la banda. Un disco que en conjunto ofrece un sonido más limpio que el que solía ofrece la banda en sus primeros años, aunque ese sonido sucio y pesado se sigue manteniendo en algún que otro nuevo tema. Evidentemente la banda es muy complicado que vuelva a ofrecer material de tan gran calidad como antaño, pero la profesionalidad es algo que a estas alturas se suele valorar más que el contenido de las canciones. No en vano, las bandas se vuelven a reunir más por el parné que por querer realmente volver a los escenarios. No obstante se agradece el retorno de una de las mejores bandas de rock de los noventa.

viernes, 9 de noviembre de 2012

The Rolling Stones - Sticky Fingers (1971)

 
 
 
 
Cumplir cincuenta años en el mundo de la música no está al alcance de muchas bandas, unas porque han sufrido una separación definitiva o temporal tras años dedicándose al mundo y otras porque directamente tuvieron una etapa muy efímera (lo que siempre me ha gustado definir como simples modas pasajeras). Por todo ello, es digno y aplaudible ver a una banda como The Rolling Stones seguir al pie del cañón tras cinco décadas de carrera musical. Cinco décadas en las que se han producido cambios en la formación (aunque tampoco muchos) pero siempre manteniendo su propia esencia, adaptada a cada nueva década. En julio de este año que nos ocupa cumplieron el cincuenta aniversario de su primer concierto oficial, en el afamado club Marquee de la capital londinense, y el comienzo de una carrera meteórica en la que han producido veinticuatro discos de estudios durante estas cinco décadas. Solamente tres miembros se mantienen permanentes desde el comienzo: el vocalista Mick Jagger, el guitarrista Keith Richards y el batería Charlie Watts.
El álbum que nos ocupa en esta ocasión se trata del undécimo en la carrera discográfica de la banda. Tras una serie de primeros discos en los que enfocaban su música en torno al pop, la psicodelia y el rock and roll americano; comenzará una etapa de total consolidación mundial con la publicación de cuatro grandes discos de manera consecutiva: Beggar's Banquet (1968), Let It Bleed (1969), Sticky Fingers (1971) y Exile on Main St. (1972). Sticky Fingers sería el segundo álbum que realizaría la banda junto al guitarrista Mick Taylor, tras Let It Bleed sustituyendo al guitarrista (y multi-instrumentista) Brian Jones que murió en 1969 a causa de ahogamiento en su propia piscina, según el informe oficial (aunque se ha llegado a especular con asesinato). Difícil nombrar el mejor álbum de la banda, durante esos cuatro años tuvieron la mejor etapa de su vida en cuanto a creatividad, por lo que es bastante complicado decantarse por sólo uno. Lo cierto es que Sticky Fingers fue un disco esencial para el lanzamiento a nivel mundial de la agrupación. La portada del disco fue encargada al artista Andy Warhol y por primera vez aparece el famoso logotipo de la lengua, la seña de identidad por excelencia del grupo.