Las reuniones de bandas, tras varios años sin pisar los escenarios o grabar un nuevo álbum, siempre han estado a la orden del día en el mundo del rock. Hace dos años se produjo la última de mayor impacto a nivel mundial (posiblemente junto con la vuelta de System of a Down para una serie de conciertos este mismo año): el retorno de una de las formaciones más aclamadas del grunge: Soundgarden. El grupo se había formado en el año 1984 y en 1988 ya habían publicado su primer disco de estudio (Ultramega OK), comenzando una carrera que sería bastante productiva durante la primera mitad de la década de los noventa. En 1991 publican Badmotorfinger, un disco éxitoso pero relegado a un segundo plano por Nevermind de Nirvana y Ten de Pearl Jam. Es con Superunknown (1994) cuando la banda consigue su mayor éxito a nivel mundial. Un disco oscuro en cuanto a sonido pero a la vez accesible para las masa popular de aquellos años. Finalmente la banda decide separarse por diferencias musicales en el año 1997, con su líder Chris Cornell juntándose junto a miembros de Rage Against the Machine para formar la agrupación Audioslave (cuyo álbum debut fue reseñado en este blog) y con el resto de miembros (el batería Matt Cameron, el guitarrista Kim Thayil y el bajista Ben Shepherd) realizando trabajos para otras bandas o artistas en solitario.
Tras trece años sin volver a pisar un escenario juntos, el grupo decide volver para un concierto de reunión en verano de 2010 en el popular festival americano de Lollapalooza. Esa vuelta no acaba con aquel concierto sino que durante el pasado año de 2011 la banda realiza una extensa gira veraniega (con parada incluída en nuestro país) y preparando material para un nuevo disco, tras más de dieciséis años sin hacerlo. Finalmente nos ha llegado el tan esperado (para unos cuantos) nuevo trabajo de la banda. Un disco que en conjunto ofrece un sonido más limpio que el que solía ofrece la banda en sus primeros años, aunque ese sonido sucio y pesado se sigue manteniendo en algún que otro nuevo tema. Evidentemente la banda es muy complicado que vuelva a ofrecer material de tan gran calidad como antaño, pero la profesionalidad es algo que a estas alturas se suele valorar más que el contenido de las canciones. No en vano, las bandas se vuelven a reunir más por el parné que por querer realmente volver a los escenarios. No obstante se agradece el retorno de una de las mejores bandas de rock de los noventa.
Lista de temas
Been Away Too Long (8,5) Primer tema y primer single de este nuevo trabajo. Un corte bastante intenso a lo largo de casi toda su duración. Desde el comienzo el riff inicial, junto con el bajo y la batería, arrasa con todo lo que se encuentra por delante. Cornell tampoco se queda corto y desde el principio hace uso de toda su potencia vocal. El estribillo es el momento más destacado, sin lugar a dudas, de todo el tema. Poco antes de terminar, nuevamente con el pegadizo estribillo, el tema se vuelve por un instante relajado y preparándose para el asalto final. Muy buen comienzo para esta vuelta de los de Seattle.
Non-State Actor (9) El segundo tema parece tener menos intensidad que el primero, pero se sigue apreciando una contundencia absoluta a pesar de bajar algo las revoluciones. Otro estupendo riff principal, de esos que se suelen pegar a la cabeza desde el primer momento en que los escuchas. Cornell sigue a lo suyo, con su peculiar voz y continuos gritos desgarradores, ejecutando otro gran estribillo (con órgano incluído) y poniendo todo patas arriba. Excelente trabajo de toda la banda, especialmente del guitarrista Thayil.
By Crooked Steps (7,5) Inicio lento que va creciendo poco a poco, especialmente gracias al bajo, y que termina explotando en otro corte intenso, con otro riff poderoso aunque con menos chicha que los otros dos anteriores. Cameron muestra su mejor nivel a la batería con este tema, realizando muy buenos cambios de ritmo. No es un tema que entre desde el primer momento, pero con unas cuantas escuchas se le acaba cogiendo el gusto.
A Thousand Days Before (7) Con un inicio eléctrico que parece llevarnos directamente a la India, la canción va desarrollándose a través riffs de guitarra bastante setenteros y con un regusto muy melódico. Igual que con By Crooked Steps, también se necesitan varias escuchas para poder asimilarlo bien. No es excesivamente destacable pero se deja escuchar.
Blood on the Valley Floor (6,5) Riff de entrada que podría haber sido firmado por Tommy Iommi de Black Sabbath. El sonido de este tema podría pasar por un tema de la otra banda de Cornell (Audioslave), tratándose de un medio tiempo suave pero con momentos de cierta intensidad gracias al potente riff principal. Uno de los cortes menos destacados de todo el álbum.
Bones of Birds (8) Otro tema relajante, quizás más oscuro e intenso que su predecesor. Cornell entona con suavidad y melancolía las estrofas hasta hacerlo subir como la espuma durante el estribillo (aunque no con un grito potente como suele tenernos acostumbrados). El tema está lleno de detalles y arreglos que lo hacen ser uno de los más destacables. Se acerca más a un tema de Cornell en solitario que de los Soundgarden más clásicos.
Taree (7) Parece empezar de modo tímido y con un ritmo bastante lento pero una vez llegado el estribillo se vuelve poderosa, aunque no al nivel de intensidad que se podía encontrar en otros cortes. Thayil vuelve a demostrarnos su poderío y su calidad con la guitarra, jugando con ella y ofreciendo buenos riffs y solos. Tema más cercano al rock clásico. Bueno pero no llega a cuajar del todo.
Attrition (6) Un tema que podría haber dado más de sí. Los juegos de voces entre Cornell, Cameron y Shepherd son lo más destacado, y eso que la canción no demuestra mucho más. En este disco hay temas bastante buenos pero también hay algunos algo prescindibles (o prescindibles directamente). Creo que éste es uno de ellos.
Black Saturday (7) De manera acústica se desarrollan los primeros dos minutos, con alguna pequeña inclusión eléctrica de la guitarra eléctrica. A partir del minuto dos aparece un pequeño y efectivo interludio hecho a a cargo de Thayil con su guitarra. El final repite la parte acústica de los primeros minutos. No termina destacando del todo a pesar de que tiene buenas ideas que no terminan de ser explotadas.
Halfway There (7,5) Tiene pinta de ser alguno de los próximos singles de este nuevo trabajo. El comienzo también es acústico, ofreciendo una cara más alegre con respecto al anterior tema. Buen estribillo y solo de guitarra. Quizás pueda pecar de ser demasiado amable, no obstante es probablemente el mejor tema de esta segunda parte.
Worse Dreams (7) La guitarra eléctrica va ascendiendo poco a poco y a emitir efectos sonoros hasta que la batería y el bajo comienzan a marcar el ritmo paulatinamente. Cornell comienza a cantar como si estuviese haciéndolo hace veinte años y con la sensación de que no pasan demasiado los años por él. Un corte que alterna partes más suaves con otras más cañeras. Puro sonido Soundgarden.
Eyelid's Mouth (6) Llegamos al que me ha parecido el peor tema de todo el disco (o el menos bueno, si se quiere decir de otra forma) junto con Attrition. Nuevamente nos encontramos con un inicio lento, marcado por el bajo de Shepherd y la batería de Cameron. Los riffs de Thayil acompañan con precisión a las notas vocales de Cornell. Algo repetitivo con el riff principal y con estribillo no demasiado acertado.
Rowing (8) Ese bajo del comienzo me hace recordar inmediatamente a Tool. Un tema que con ciertos toques progresivos, con un inicio lento y misterioso, unas estrofas que ayudan todavía más a darle ese toque. El estribillo consigue enganchar pero se repite bastante a lo largo de la canción. A partir de los dos minutos y medio de duración el tema se crece y el clímax se consigue con el estupendo solo de guitarra de Thiyal. Finalmente el corte vuelve a su comienzo y finaliza tal y como empezó. Quizás podría haber sido mejor aprovechada todavía, pero es una muy notable manera de cerrar esta vuelta a los escenarios de la banda de Seattle.
CALIFICACIÓN: 7,5
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