El pasado martes, día 4 de diciembre, se cumplió el decimonoveno aniversario de la muerte de uno de los artistas más polifacéticos y excéntricos que el mundo del rock ha dado en toda su historia: Frank Zappa. Este compositor estadounidense es una de las figuras más sobresalientes, surgidas durante los años sesenta y con una carrera musical de más de treinta años a sus espaldas hasta el día de su fallecimiento. Un artista con una formación musical bastante tradicional, centrada sobre todo en la música clásica y el jazz, que supo adaptar perfectamente a las raíces más puras del rock. La música no fue su única dedicación, también fue director y productor de cine y videoclips, productor musical e incluso dibujante, especializándose en portadas de álbumes. Por tanto el calificativo de polifacético está más que justificado con las múltiples tareas que llevó a cabo a lo largo de su carrera. En su adolescencia, mientras tocaba la batería (cambiándola después por la guitarra) en algunas bandas de rhythm and blues, comenzó a escribir composiciones clásicas, muy influenciadas sobre todo por Igor Stravinsky, uno de sus compositores preferidos. También su gusto por el blues, el jazz y el avant-garde supusieron para él una forma de ver la música, concebiendo la improvisación y la originalidad como puntos de partida a la hora de crear sus temas.
Hot Rats es el álbum debut de Zappa en solitario, tras unos cuantos con su primera banda de cierta importancia: The Mothers of Invention. Para grabarlo convoca a unos cuantos músicos de estudio y la participación de Captain Beefheart, vocalista de la banda estadounidense The Magic Band. Es uno de los primeros discos grabados con un 16 pistas, algo bastante revolucionario por aquellos años (hasta entonces se utilizaban 4 u 8 pistas en las grabaciones). Hot Rats bien puede ser considerado como un álbum precursor del rock progresivo que florecería en los últimos años de la década de los sesenta y los primeros de la de los setenta. No en vano, en 1969 se publica el considerado hoy en día como primer álbum del citado subgénero rockero (In the Court of the Crimson King de King Crimson), y lo más sorprendente todavía es que tanto este último como Hot Rats se publican exactamente el mismo día. Aunque ambos trabajos puedan tener muchos elementos en común (principalmente relacionados con el jazz), se diferencian con una cierta claridad en cuanto al resultado final. Zappa despega en solitario con este trabajo y consigue un importante éxito en el Reino Unido y en Europa, aunque no en su propio país de origen y en cualquier caso todavía a un nivel underground. Este punto de partida en solitario constituye el inicio de uno de los más influyentes y originales guitarristas del rock.
Lista de temas
Peaches en Regalia (10) El comienzo del disco se muestra mordaz y con ciertas dosis lisérgicas, consiguiendo adentrarnos en un mundo de paisajes bellos y potencialmente psicodélicos, aderezados con mucha maestría. Varios instrumentos aparecen en este primer corte: guitarras, saxos, clarinetes, violines, flautas, órganos, batería y bajo. Todos ellos consiguiendo armonías, melodías y ritmos muy cercanos al jazz de corte más ácido y experimental, sin olvidar por supuesto los toques de rock clásico. Uno de los temas más conocidos de Frank Zappa. Perfecto para inicarse en el sorprendente mundo del artista norteamericano. Un clásico del rock contemporáneo y de la década de los sesenta en particular.
Willie the Pimp (9,5) Con este segundo tema encontramos las únicas líneas vocales que se podrán escuchar a lo largo de todo el disco. Unas voces a cargo del artista Captain Beefheart, colaborando en apenas un par de estrofas, aunque eso sí, muy ácidas en su expresión y con fuerte crítica social. La introducción de la canción se realiza mediante una melodía de violín con batería incluída, para más tarde unirse la guitarra junto con las voces. Casi todo el tema es instrumental, y gran parte de ese instrumental corre a cargo de la guitarra de Zappa. Su interminable solo demuestra la capacidad que tiene Zappa para conseguir crear excelentes momentos sonoros, ciertamente influenciasdos por otro gran guitarrista de su tiempo (Jimi Hendrix). Quizás le sobre algún minuto a este tema, por el exagerado minutaje del solo de guitarra, pero no deja de ser un tema que roza casi la perfección.
Son of Mr. Green Genes (10) Se trata de la segunda parte de otro tema de Zappa, Mr. Green Genes (Uncle Mear, 1969). Con respecto al anterior corte, aquí también aparece un solo de guitarra de larga duración, aunque algo más variado en estructura, con adornos bien colocados y sin llegar a ser pedante en ningún momento. En cuanto al plano musical general, se ofrece otra muestra más de la genialidad de Zappa y sus músicos: grandes dósis de improvisación y mucha calidad instrumental. Toda una fiesta de matices e influencias, que van desde el rock psicodélico, pasando por la música clásica, y terminando por el jazz. Sublime.
Little Umbrellas (8,5) Parece ser que Zappa se toma un respiro y deja que sus músicos tengan todo el protagonismo en esta cuarta pieza. Jazz puro y duro, con una línea de contrabajo muy potente y con teclados por todas partes, realizando elaboradas y sofisticadas melodías. Una relajante y placentera pausa para adentrarnos en la parte final del álbum.
The Gumbo Variations (9) Llegamos al corte más largo y duro de todo el disco. Una jam de más de doce minutos en donde nuevamente la improvisación marca prácticamente todo el tema. Si en el segundo y tercer tema era la guitarra eléctrica la que cobraba casi todo el protagonismo, en esta ocasión son el saxo y el violín los que tendrán una mayor presencia instrumental con dos exquisitos solos, uno para cada instrumento. Como bien había comentado al principio, se trata de una larga jam ejecutada con brutales dosis de experimentación e improvisación, no en vano el jazz es el género musical predominante en prácticamente todo el álbum, asi que no es de extrañar el gusto por la improvisación tanto de Zappa como de sus músicos. Algo enrevesado y duro para aquellos que no tengan tanta relación con el jazz, pero que con paciencia y dejándose llevar por la música acaba entrando de buen grado. Excelente.
It Must Be a Camel (8) Con la sexta pieza cerramos este álbum de Frank Zappa. Aunque se trata de un muy notable tema, no ofrece grandes momentos instrumentales que lo hagan excelente como los anteriores (Little Umbrellas roza prácticamente el excelente). No obstante es otro corte jazzístico, bastante digerible, en un ambiente mucho más comedido, con buenos y encantadores momentos pero sin llegar a romper del todo en conjunto. Una muy buena manera de cerrar una obra maestra de los sesenta como es este Hot Rats de Frank Zappa.
CALIFICACIÓN: 9
Willie the Pimp (9,5) Con este segundo tema encontramos las únicas líneas vocales que se podrán escuchar a lo largo de todo el disco. Unas voces a cargo del artista Captain Beefheart, colaborando en apenas un par de estrofas, aunque eso sí, muy ácidas en su expresión y con fuerte crítica social. La introducción de la canción se realiza mediante una melodía de violín con batería incluída, para más tarde unirse la guitarra junto con las voces. Casi todo el tema es instrumental, y gran parte de ese instrumental corre a cargo de la guitarra de Zappa. Su interminable solo demuestra la capacidad que tiene Zappa para conseguir crear excelentes momentos sonoros, ciertamente influenciasdos por otro gran guitarrista de su tiempo (Jimi Hendrix). Quizás le sobre algún minuto a este tema, por el exagerado minutaje del solo de guitarra, pero no deja de ser un tema que roza casi la perfección.
Son of Mr. Green Genes (10) Se trata de la segunda parte de otro tema de Zappa, Mr. Green Genes (Uncle Mear, 1969). Con respecto al anterior corte, aquí también aparece un solo de guitarra de larga duración, aunque algo más variado en estructura, con adornos bien colocados y sin llegar a ser pedante en ningún momento. En cuanto al plano musical general, se ofrece otra muestra más de la genialidad de Zappa y sus músicos: grandes dósis de improvisación y mucha calidad instrumental. Toda una fiesta de matices e influencias, que van desde el rock psicodélico, pasando por la música clásica, y terminando por el jazz. Sublime.
Little Umbrellas (8,5) Parece ser que Zappa se toma un respiro y deja que sus músicos tengan todo el protagonismo en esta cuarta pieza. Jazz puro y duro, con una línea de contrabajo muy potente y con teclados por todas partes, realizando elaboradas y sofisticadas melodías. Una relajante y placentera pausa para adentrarnos en la parte final del álbum.
The Gumbo Variations (9) Llegamos al corte más largo y duro de todo el disco. Una jam de más de doce minutos en donde nuevamente la improvisación marca prácticamente todo el tema. Si en el segundo y tercer tema era la guitarra eléctrica la que cobraba casi todo el protagonismo, en esta ocasión son el saxo y el violín los que tendrán una mayor presencia instrumental con dos exquisitos solos, uno para cada instrumento. Como bien había comentado al principio, se trata de una larga jam ejecutada con brutales dosis de experimentación e improvisación, no en vano el jazz es el género musical predominante en prácticamente todo el álbum, asi que no es de extrañar el gusto por la improvisación tanto de Zappa como de sus músicos. Algo enrevesado y duro para aquellos que no tengan tanta relación con el jazz, pero que con paciencia y dejándose llevar por la música acaba entrando de buen grado. Excelente.
It Must Be a Camel (8) Con la sexta pieza cerramos este álbum de Frank Zappa. Aunque se trata de un muy notable tema, no ofrece grandes momentos instrumentales que lo hagan excelente como los anteriores (Little Umbrellas roza prácticamente el excelente). No obstante es otro corte jazzístico, bastante digerible, en un ambiente mucho más comedido, con buenos y encantadores momentos pero sin llegar a romper del todo en conjunto. Una muy buena manera de cerrar una obra maestra de los sesenta como es este Hot Rats de Frank Zappa.
CALIFICACIÓN: 9
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